
07 Dic Dulce Navidad…. A veces!
Dejar de beber en Navidad se hace muy difícil
Dejar de beber en Navidad es una tarea que se antoja imposible. Las celebraciones como la Navidad, son la justificación perfecta para el consumo desmedido de drogas legales, como el alcohol. Y drogas ilegales, como la cocaína, el speed o el cannabis, entre otras.
En los pacientes que se encuentran en rehabilitación, éstas fechas son de riesgo, es decir, se dan más recaídas que en otras épocas del año.
La permisividad de consumo de la que hacen gala éstas fechas, llega a afectar a la familia, que puede llegar incluso a minimizar la problemática y el riesgo de repetir conductas que abocan al adicto a la recaída.
Los compromisos familiares
Los adornos navideños, las compras, las comidas/cenas de empresa, la emotividad de las fiestas, los compromisos familiares, los buenos deseos y las buenas intenciones de cara al año nuevo, son estímulos directos que el adicto en rehabilitación o todavía sin aceptar su enfermedad, difícilmente gestiona sin saberse frustrado, limitado y desgraciado por no poder consumir. De ahí, se entra en una espiral victimista. Donde el alivio inmediato al sufrimiento por las limitaciones que le suponen el no poder drogarse, pasa por volver a hacerlo, y es entonces cuando el deterioro físico y psíquico se agrava y se hace más evidente. Dejar de beber se le hace imposible.
Es común que, pasadas éstas fechas, recibamos llamadas de personas que buscan ayuda para un ser querido o amigo. Suelen estar preocupados por haberle visto sobrepasado en Navidad y perder los papeles por las ingestas masivas de sustancias psicoactivas. Es entonces cuando el amigo gracioso, que cuando sale, se coge el puntillo y es el alma de la fiesta, pasa a ser el indeseable con el que nadie quiere estar porque hace el ridículo, incomoda y condiciona la juerga porque nos sentimos culpables si le dejamos tirado. Por lo tanto, está claro que ya la problemática es social.
Todo se celebra con alcohol
En nuestra sociedad, todo se celebra con alcohol. E incluso, se ahogan las penas. Beber para olvidar. Dejar de beber no es una opción. El pasárselo bien, se asocia a estimular el sistema nervioso central y tenemos un amplio abanico de sustancias estimulantes donde elegir. Además, el consumo de drogas, no está mal visto cuando se trata de celebrar. Son reforzantes socializadores. Te sientes genial, bailas, tienes buen rollo con chicos y chicas. Y sin darte cuenta de los posibles graves daños cerebrales a los que te expones.
Las conductas adictivas que se dan en las personas que consumen sustancias psicoactivas o ludópatas o cualquier otra adicción comportamental, hacen que aumenten los niveles de impulsividad, ansiedad, ritmo de sueño. La pérdida de control crece a la vez que la agresividad y la violencia.
La Navidad también es el inicio del consumo de drogas de muchos jóvenes. Algunos podrán dejarlo y otros no lo lograrán sin ayuda o desarrollaran una enfermedad mental asociada al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales, como la esquizofrenia. Muchos adolescentes son tratados ya en psiquiátricos por paranoias y miedos sociales debido a sus consumos, entre ellos de cannabis.
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