TRATAMIENTO DE ADICCIÓN A LA COCAÍNA
TRATAMIENTO DE ADICCIÓN A LA COCAÍNA
Dejar la cocaína no es fácil. El consumo de cocaína provoca cambios en el cerebro, el famoso craving, que llevan a la persona a consumir compulsivamente.
Por eso te sugerimos que contactes con nosotros sin ningún compromiso y gratuitamente para que podamos explicarte con todo detalle en qué consiste nuestro tratamiento para dejar la cocaína.
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Si sigues navegando hacia abajo, te enseñaremos aquellas partes del organismo que se ven más seriamente afectadas por el uso de esta droga; e incluso algunos testimonios de personas que ya han superado la fase de adicción y donde encontrarás experiencias similares a la tuya. Ánimo, dentro de poco podrás dejar la cocaína y toda esta pesadilla atrás.
En Virtuss, te ofrecemos tratamientos de adicción a la cocaína adecuados y personalizados. Somos un centro de desintoxicación en el País Vasco con un entorno ideal para guiarte hacia una vida sana y feliz, con nuevas expectativas.
Dejar la cocaína no es la prioridad de muchos consumidores. Pero el consumo de cocaína puede desencadenar en paranoia. Fumar cocaína en crack puede producir una conducta paranoide particularmente agresiva en los adictos. Finalmente el toxicómano se vuelve paranoico, desconfía de todo el mundo, y lo demuestra siendo violento con las personas que le rodean. En este punto abandonar el consumo de cocaína no es fácil, pero con la ayuda y el apoyo necesario se puede conseguir.
Cuando una persona es adicta a la cocaína, a menudo se deprime. Los efectos placenteros de la droga duran muy poco en el cuerpo. Y cuando desaparecen en cuestión de minutos lo hacen de golpe. El adicto cae en una profunda depresión, siente un gran cansancio y falta de energía, incapacidad para concentrarse, y un malestar en todo el cuerpo similar al de una gripe. Esto también puede llevar a aumentar aún más el consumo de cocaína para intentar aliviar la depresión y otros efectos psicológicos, lo que hace difícil abandonar su consumo pero no imposible. Dejar la cocaína es posible y frecuente con ayuda profesional.
Los efectos psicológicos de la cocaína incluyen también el cambio en la forma en que una persona maneja las relaciones interpersonales. Cuando se desarrolla la dependencia psicológica, el adicto tiende a convertir la droga en el centro de sus pensamientos. De ese modo, la mente se centra únicamente en buscar los mejores medios para conseguir la siguiente dosis de cocaína. Dejar la cocaína se le antoja imposible. Es una alteración mental física, y el adicto no puede dejar de pensar en ello debido al altísimo nivel de adicción de la cocaína y sus efectos psicológicos.
Ansiedad, alucinaciones y depresión son comunes y se alternan entre los adictos a la cocaína. Por desgracia esto da lugar con el tiempo a que los trastornos graves del sueño y de la alimentación también afectan al adicto. Por consiguiente, los efectos psicológicos de la cocaína en el cerebro alteran la capacidad para conciliar el sueño y la regulación del apetito.
Finalmente la irritabilidad, el desasosiego y la ansiedad aumentan y empiezan los ataques de paranoia. Esto puede dar lugar a una psicosis paranoica total, en la que el adicto pierde todo el contacto con la realidad y tiene de alucinaciones auditivas. Es, por lo tanto es el peor de los efectos psicológicos que tiene la cocaína y le hace oír voces amenazadoras o que le sugieren estar en peligro por culpa de quienes le rodean o quienes le intentan ayudar a desintoxicarse.
El tratamiento de un adicto a la cocaína debe incluir una evaluación psicológica continua mientras dure. Por ese motivo se asegura que el tratamiento en el centro de rehabilitación se adapte en todo momento a las necesidades psicológicas del adicto para que pueda dejar el consumo de cocaína completamente. Pero depende del daño causado por la cocaína, efectos psicológicos, y atención que necesite el adicto, el terapeuta debe pedir las modificaciones según sea necesario. Por esa razón, un paciente puede requerir diferentes combinaciones de servicios y actividades durante el curso del tratamiento y la recuperación.
Para poder dejar la cocaína, además del asesoramiento o la psicoterapia, el paciente a veces puede necesitar medicamentos, otros servicios médicos, terapia familiar, instrucción para padres, rehabilitación vocacional y servicios sociales para abandonar el consumo de cocaína. Por lo general, el enfoque de tratamiento psicológico debe ser apropiado a la edad de la persona, al género, la raza, la cultura y los efectos psicológicos de la cocaína que sufra el adicto dependiendo del grado de adicción.
La desintoxicación de la cocaína mediante fármacos no es posible por el momento. No existe un solo medicamento aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos que sirva para tratar la adicción a la cocaína. Se está trabajando intensamente para identificar y probar nuevos medicamentos que sean seguros y eficaces para tratar este tipo de drogodependencia. Varios medicamentos comercializados para el tratamiento de otras enfermedades muestran potencial terapéutico y, en estudios clínicos controlados, se ha reportado que disminuyen el consumo de cocaína.
Además, los receptores D3 de dopamina (un subtipo de receptor de dopamina) constituyen un novedoso objetivo farmacológico de gran interés. Actualmente se están investigando medicamentos que actúan sobre estos receptores para ver si son seguros para el uso en seres humanos. Por último, una vacuna contra la cocaína que impide la entrada de la cocaína al cerebro tiene un gran potencial para reducir el riesgo de las recaídas. Además de los tratamientos para la adicción, también se están desarrollando tratamientos médicos para hacer frente a las situaciones de emergencia agudas que resultan de las sobredosis de cocaína. La desintoxicación de la cocaína mediante fármacos es aún una utopía.
Es el tratamiento más eficaz para la desintoxicación de la cocaína. Se ha encontrado que muchos tratamientos de modificación de la conducta son eficaces para tratar la adicción a la cocaína, tanto en ambientes residenciales como ambulatorios. De hecho, las terapias conductuales a menudo son el único tratamiento eficaz disponible para muchos de los problemas relacionados con las drogas, incluyendo las adicciones a estimulantes.
La terapia cognitiva-conductual es un enfoque eficaz para prevenir las recaídas. Esta terapia se centra en ayudar a las personas adictas a la cocaína a abstenerse y a mantenerse abstinente del consumo de cocaína y otras sustancias. La hipótesis subyacente es que los procesos de aprendizaje desempeñan un papel importante en el desarrollo y la continuación del abuso y la adicción a la cocaína. Se pueden aprovechar estos mismos procesos de aprendizaje para ayudar a reducir el consumo de drogas y prevenir las recaídas. Este enfoque trata de ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y enfrentar el consumo de drogas. Es decir, se les enseña a reconocer la situaciones en las que tienen más probabilidad de consumir cocaína, a evitarlas cuando sea posible y a enfrentar de manera más eficaz una serie de problemas y comportamientos asociados con el abuso de drogas.
La desintoxicación de la cocaína uno mismo no es fácil aunque posible. Si bien las posibilidades de éxito son menores que recibiendo la ayuda de un psicólogo o, como en nuestro caso, la ayuda de todo un equipo interdisciplinario.
Tras el consumo de cocaína durante un periodo prolongado se producen en el cerebro una serie de cambios a nivel metabólico (neurotransmisores) y estructural (a nivel de membrana neuronal). Estos cambios van a condicionar la conducta y la actividad psicológica. Por eso se producen comportamientos o estados que no entendemos o que son desadaptativos.
Estos mismos daños que han sido provocados por la cocaína, impulsan a la persona a seguir consumiendo a pesar de saber que es perjudicial para ella. Para superar esta adicción hay que trabajar en los dos niveles, tanto psicológico como a nivel fisiológico cerebral. Este es el motivo por el cual una persona que tiene un comportamiento de consumo adictivo de cocaína, en este caso, puede permanecer periodos abstinente. Si bien es muy posible que en cuanto se den las condiciones ambientales previas, es decir “en cuanto pueda salir”, vuelva a retomar el patrón de consumo anterior.