DEJAR LAS COMPRAS COMPULSIVAS

La enfermedad de comprar

Una adicción impulsiva

 

Dejar las compras compulsivas no es tan fácil como puede parecer a priori. La compra compulsiva es un trastorno psicológico del control de impulsos, caracterizado por preocupaciones excesivas relacionadas con las compras y por la necesidad irresistible de comprar de forma masiva objetos superfluos, acompañados de sentimientos de ansiedad, irritabilidad o malestar, y consecuencias adversas como el endeudamiento.

 

Factores de compras impulsivas

 

Este trastorno frecuentemente es comórbido a trastornos del estado de ánimo, ansiedad, abuso de sustancias y trastornos alimentarios. Las personas que puntúan con altas puntuaciones en la escala de compras compulsivas tienden a comprender y valorar mal sus sentimientos, teniendo dificultad para distinguir entre deseo y necesidad, además de tener poca tolerancia a los estados psicológicos desagradables, tales como el mal humor, la tristeza, la soledad, y la frustración.

 

El adicto a las compras compulsivas necesita un tratamiento profesional y personalizado. Virtuss es un centro de desintoxicación para adicciones. Ofrece servicios de acompañamiento a medida para ayudar a sus pacientes a conseguir volver a una vida sana y cómoda.

EXCITACIÓN

Quien más quien menos se deja caer por las tiendas y los grandes almacenes para dar rienda suelta a su condición de consumidor. La ocasión es perfecta para regalar y regalarse cualquier cosa, y son muchos los que pierden el control de sus gastos. Para la mayoría de la gente, se trata sólo de unos días de exceso, pero algunos siguen comprando sin control durante todo el año.

Estos consumidores desbocados o compradores compulsivos son capaces de dilapidar más de lo que tienen y poner en peligro su trabajo y familia para satisfacer su ansia de comprar sin parar.

CLEPTOMANÍA

Esta conducta tiene cierta similitud con la bulimia, de ahí que a estos compradores feroces e insaciables se les ha llamado «compradores bulímicos». La compra compulsiva comparte algunos rasgos con las conductas adictivas (se les llama también adictos a comprar o «shopaholics»), particularmente con la ludopatía o adicción al juego, pero sobre todo se parece a los llamados trastornos del control de los impulsos, como la cleptomanía o la piromanía. De hecho, prácticamente en lo único que se diferencian los cleptómanos y los compradores compulsivos es en que los primeros no pagan y éstos últimos sí, aunque a la postre muchos no puedan hacer frente a sus deudas.

ARREPENTIMIENTO

Al efímero placer le siguen los remordimientos, las peleas familiares por los gastos desmedidos, el sentimiento de culpa, la depresión y una ansiedad que sólo se apaga con un nuevo atracón consumista.

¿SOY COMPULSIVO?

Si cumples estos requisitos, probablemente sufras un trastorno psicológico que requiera atención médica.

  1. Presencia de impulsos excesivos y recurrentes por comprar, que producen importantes problemas personales y familiares.
  2. Impulsividad y repetición de la conducta de compra, pese a las consecuencias negativas que trae esta conducta para la persona.
  3. Necesidad urgente e irreprimible de comprar.
  4. Intentos fracasados de controlar gastos.
  5. La existencia de consecuencias negativas tangibles de comprar excesivamente, como agotamiento marcado, deterioro social o laboral, y problemas financieros o familiares.
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